La ginecología es la especialidad dentro de la medicina dedicada al control y tratamiento de las enfermedades del aparato reproductor femenino.
Base fundamental de la ginecología es la prevención de los diversos cánceres ginecológicos mediante las revisiones periódicas en las que ponemos atención a las características del ciclo menstrual y sus cambios, así como a las modificaciones en las secreciones vaginales, el sangrado vaginal anormal o el dolor.
Mediante la exploración ginecológica y la aplicación de las técnicas adecuadas como son la toma para análisis citológico, la ecografía, análisis hormonales, cultivos vaginales o técnicas de detección de enfermedades infecciosas y en casos más excepcionales las exploraciones mediante Resonancia Magnética, T.A.C., histeroscopia y colposcopia pueden detectarse precozmente los canceres o las lesiones que predisponen a estos.
A lo largo de las diferentes etapas de la vida de la mujer, múltiples y variadas enfermedades de su aparato reproductor precisan de diagnóstico, tratamiento y seguimiento por su ginecólogo.
Hay enfermedades o patologías no cancerosas con carácter propio que necesitan especial atención debido a su elevada incidencia y gran repercusión en el estado tanto físico como psíquico de la mujer que las padece y que a veces requieren de un cierto grado de especialización por parte del ginecólogo.
Las mujeres deben acudir, de forma periódica, a realizar revisiones ginecológicas de tipo preventivo para descartar o diagnosticar con la máxima antelación posible, anomalías en el útero, ovarios o mamas y en caso de estar en perimenopausia, el seguimiento de las posibles repercusiones del cambio hormonal.
La experiencia por los años de dedicación a la ginecología unido a que contamos con medios técnicos avanzados permite, el diagnóstico y el tratamiento médico y quirúrgico, con solvencia y seguridad, de las más relevantes patologías ginecológicas:
– Miomas uterinos.
– Quistes de ovario.
– Anomalías en el ciclo menstrual.
– Dolor pélvico crónico.
– Infecciones ginecológicas.
– Endometriosis.
– Alteraciones y cambios en la menopausia.
– Otras.
La cirugía mediante laparoscopia es una técnica mínimamente invasiva que, a diferencia de la cirugía abierta, necesita realizar solo unos tres o cuatro pequeños orificios en la cavidad abdominal de entre 5 y 12 mm.
Utiliza un sistema óptico para visión en el interior del abdomen, un sistema de insuflación para pasar CO2 que produce el espacio libre necesario para poder realizar las técnicas quirúrgicas, una pequeña cámara que adosada a este sistema, transmite la imagen a una pantalla en la que podemos ver los órganos dentro del abdomen y finalmente unos trócares que no son más que tubos guía para pasar a través de ellos los instrumentos necesarios para realizar las técnicas quirúrgicas. Para el paro de los trócares se necesitan solo pequeñas incisiones de 5 mm y según el tipo de cirugía, de hasta 12 mm.
La óptica del laparoscopio recoge la luz que le llega desde una fuente de luz apropiada a través de una fibra óptica e ilumina el interior del abdomen.
A través de una mínima incisión, normalmente de 10-12 mm en la zona baja del ombligo, se introduce el laparoscopio con la óptica y sus canales para insuflación.
En un procedimiento laparoscópico, se usan incisiones pequeñas de 6 a 12 mm para acceder al abdomen por medio de los trócares a través de los que se introducen los instrumentos quirúrgicos especiales para este tipo de cirugía que incluyen pinzas de diversos tipos, tijeras, sistemas de aspiración e irrigación y otros muchos instrumentos según la cirugía a realizar.
Se necesita anestesia general.
Podemos resumir los beneficios de la cirugía laparoscópica en:
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Diagnóstica.
A través de los tiempos se ha ido empleando diversos métodos de exploración del útero. Mediante la palpación bimanual, podemos recibir información del tamaño y contorno uterinos. La ecografía abrió nuevas posibilidades al poder ver el útero en cortes transversales y longitudinales posteriormente, la ecografía en imágenes 3D, la sonohisterografía y la posibilidad de valorar el riego sanguíneo mediante Doppler permiten actualmente el estudio de tumores, diferenciando entre benignos y malignos, deformaciones uterinas y la valoración del grosor, densidad y regularidad de su pared interna, el endometrio.
Sin embargo, determinadas anomalías que se producen en la cavidad uterina no son fácilmente detectables por la ecografía a pesar de los avances y la alta capacidad diagnóstica de la ecografía vaginal y la sonohisterografía en todas sus vertientes. Es para estos casos que tiene un inmenso valor poder ver el interior del útero directamente con el uso del histeroscopio. Este instrumento consta de un sistema que se coloca a través de la vagina y cuello del útero y permite el paso de un haz de luz que ilumina la cavidad, lleva incorporada una óptica de unos 3 mm de diámetro u un canal de paso para instrumentos.
En el extremo de la óptica del histeroscopio va adosada una cámara que transmite la imagen a una pantalla monitor sobre la que observamos la mucosa que recubre el útero por dentro y las anomalías que se pueden presentar. Este sistema que permite ver “nuestra primera casa” por dentro, es lo que se llama histeroscopia.
Se trata de una técnica realizable en el consultorio, sin necesidad de anestesia ni otro tipo de preparación y que dura normalmente menos de cinco minutos.
Está indicada en mujeres con reglas abundantes o de mucha duración, sangrados entre reglas o sangrados en la menopausia. También se utiliza para el estudio en caso de esterilidad o infertilidad y a veces para aclarar una imagen dudosa observada mediante la ecografía.
Para permitir la total exploración de la cavidad uterina, junto a la óptica y englobados en el miso tubo hay dos canales, uno para administrar suero fisiológico estéril u otra solución que va distendiendo la cavidad y otro por el que, mediante aspiración, va realizándose un lavado para favorecer la limpieza y visualización. La solución salina es el líquido usado preferentemente en histeroscopia diagnóstica. También pueden usarse otras soluciones (dextrosa al 5%, lactato Ringer, etc.). La solución es administrada a través de una bomba diseñada para este uso o por simple gravedad, colocando la bolsa de solución de 1 a 1.50 metros por arriba del nivel de la paciente. Con este sistema no solo podemos ver por dentro la cavidad uterina, también se pueden realizar tomas de biopsia de forma dirigida.
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La endometriosis es una enfermedad benigna pero se trata de una situación en muchos casos de difícil tratamiento por la gran implicación que tiene en la calidad de vida de la paciente que la sufre, por dolor que produce y la dificultad para embarazarse que puede llevar asociada. Son muchísimas las mujeres que sufren por la endometriosis.
Los conocimientos actuales sobre su origen y fisiopatología aún son limitados sin embargo, gracias a los datos conocidos, se han conseguido tratamientos farmacológicos cada vez más evolucionados para evitar cada vez más los efectos adversos que se dan al tratarse de tratamientos a largo plazo.
El establecimiento del diagnóstico seguro y definitivo se realiza sólo por procedimientos invasivos, sin embargo ya se encuentran en estudio múltiples marcadores que se espera, en un futuro, puedan servir para establecer el diagnóstico y dar un mejor seguimiento a las terapéuticas aplicadas.
Todavía no disponemos de un tratamiento que cure la endometriosis, la terapéutica actual se dirige a tratar los efectos de la endometriosis temporalmente, con grandes porcentajes de recurrencia de la enfermedad después del tratamiento y además con frecuencia de efectos adversos importantes.
Los medicamentos hoy en estudio han demostrado una gran efectividad reduciendo la sintomatología asociada a la presencia de endometriosis. En un futuro próximo, esperamos contar con medicamentos que actúen específicamente sobre la fisiopatología de la endometriosis actuando sobre el sistema inmunológico previniendo o inhibiendo el desarrollo de la endometriosis.
En cuanto a la influencia de la endometriosis en la infertilidad, se sabe que el ambiente intrafolicular se encuentra alterado dando oocitos de mala calidad y embriones con poca capacidad para la implantación. No es posible hacer prevención pero un diagnóstico y manejo oportuno puede aminorar las consecuencias sobre las pacientes.
La etiología de la endometriosis no está bien definida. Se reconoce que hay una predisposición genética así como la influencia de toxinas del ambiente, factores hormonales y alteraciones. Se han desarrollado varias teorías que intentan explicar la patogenia de la endometriosis.
Parte del tejido endometrial, durante la menstruación pasa por las trompas y se deposita en el vientre, fuera del útero. En una primera fase de contacto la sangre menstrual regurgitada actúa como irritante de la superficie peritoneal facilitando así la implantación del endometrio. Hay ciertos cambios en la actividad fibrinolítica que desempeñan un papel en el desarrollo de endometriosis y la formación de adherencias. La combinación de exudado de fibrina, desarrollado como consecuencia del daño peritoneal y la disminución de la actividad fibrinolítica puede llevar a la formación de adherencias.
Después de la adhesión hay una fase de Invasión en el tejido donde asienta. La endometriosis es una enfermedad dependiente de los estrógenos y se ha demostrado que el propio tejido endometrial implantado tiene capacidad intrínseca para secretar estrógenos que independientemente de los estrógenos que haya en sangre ejercen sus efectos en el tejido endometriósico. Las lesiones endometriósicas secretan muchas sustancias proinflamatorias como IL-1, IL-8, factor de necrosis tumoral α, (TNF- α) e Interferón-γ, los cuales actúan como factores inflamatorios.
El peritoneo es una suave membrana serosa que recubre el interior de la pared abdominal. La cavidad peritoneal esta habitualmente vacía, con la excepción de una pequeña capa de líquido que mantiene la humedad en la superficie. Cada vez esta más claro que el endometrio de las mujeres con endometriosis es, en muchos aspectos, diferente del endometrio de las mujeres sin la enfermedad. Estas diferencias potencialmente inducirán un mejor ambiente local para que los implantes endometriósicos pudieran adherirse, invadir y sobrevivir. Existen cada vez más datos acerca de la predisposición genética de la endometriosis.
Los ovarios son el principal sitio de afectación. En la gran mayoría de las mujeres es bilateral. El peritoneo sobre el útero, el fondo de saco posterior y anterior así como los ligamentos útero sacros son los sitios donde también suele afecta la endoetriosis.
El endometrioma ovárico es causado por la menstruación recurrente de tejido endometrial ectópico sobre la pared ovárica formando con esta una pared quística. Los endometriomas son pseudoquistes formados por la invaginación de la corteza ovárica, la cual es sellada por adherencias. El interior del quiste se caracteriza por una fibrosis y retracción de la corteza, la presencia de tejido endometrial y la organización de coágulos. La pared quística es suave y contiene una delgada superficie. El sitio mas común de los endometriomas es el ovario izquierdo quien está situado en una posición anatómica que favorece la formación de adherencias entre el ovario y otras estructuras pélvicas. La visualización de contenido semejante al chocolate, representa un sangrado crónico y antiguo, sin embargo también se puede encontrar en otros quistes hemorrágicos del ovario.
En la endometriosis retroperitoneal profunda las lesiones no tienen cápsula y se encuentran en continuidad con el tejido fibromuscular o estructuras musculares. No todas estas lesiones profundas son proliferativas. Preferentemente ocupan el septo rectovaginal y vesicouterino así como ligamentos uterinos.
Las pacientes con endometriosis pueden asistir a consulta con multiplicidad de síntomas, la historia clínica y el examen físico nos pueden orientar la sospecha del diagnóstico.
La endometriosis se puede manifestar de diferentes e impredecibles maneras, se sabe que aproximadamente una de cada tres mujeres con endometriosis no muestran sintomas.
La sintomatología clásica es la dismenorrea y el dolor pélvico con o sin presencia de dispareunia. No existe una correlación entre el grado de endometriosis y la sintomatología, variando ésta de una mujer a otra.
La dispareunia asociada a la endometriosis es descrita como un dolor profundo en la pelvis, la etiología de esta sintomatología parece ser debida a la inmovilidad de los órganos pélvicos durante el coito o la presión directa sobre áreas de endometriosis, sobre ligamentos útero sacros o el fondo de saco de Douglas, el dolor pélvico puede presentarse durante la penetración y continuar por varias horas más. En general el sangrado anormal sólo lo llegan a presentar entre el 15% y el 20% de las pacientes con endometriosis. Otra sintomatología asociada son alteraciones gastrointestinales y del tracto urinario con síntomas como diarrea, constipación, dispepsia y ocasionalmente disuria y hematuria.
La endometriosis puede inducir infertilidad como resultado de una distorsión anatómica causada por el crecimiento invasivo y múltiples adherencias. Sin embargo en el caso de endometriosis mínima o moderada, la relación no ha sido probada. En cuanto a hallazgos físicos estos son inespecíficos, pudiendo encontrar dolor a la palpación de órganos pélvicos, con o sin restricción del movimiento de las estructuras pélvicas a la palpación.
El diagnóstico cierto de endometriosis puede necesitar de la visualización directa por laparoscopía o laparotomía con toma de biopsia y confirmación histológica. Sobre todo se recomienda la toma de biopsia en las lesiones atípicas para confirmar el diagnóstico.
El endometrioma ovárico es causado por la menstruación recurrente de tejido endometrial ectópico sobre la pared ovárica formando con esta una pared quística. Más del 90% de los endometriomas son pseudoquistes formados por la invaginación de la corteza ovárica, la cual es sellada por adherencias. El interior del quiste se caracteriza por una fibrosis y retracción de la corteza, la presencia de islotes glandulares de tejido endometrial y la organización de coágulos.
La visualización de contenido semejante al chocolate, representa un sangrado crónico y antiguo, sin embargo no es patognomónico ya que también se puede encontrar en otros quistes hemorrágicos del ovario.Las lesiones endometriósicas profundas no tienen cápsula y se encuentran en continuidad con el tejido fibromuscular o estructuras musculares. No todas estas lesiones profundas son proliferativas. Preferentemente ocupan el septo rectovaginal y vesicouterino así como ligamentos uterinos.
La endometriosis exige un tratamiento debido a que frecuentemente está asociada al dolor pélvico y a la infertilidad, y además se trata de una enfermedad de carácter progresivo.
Desafortunadamente la eliminación quirúrgica o la supresión mediante medicamentos de los implantes endometriósicos con frecuencia sólo consiguen una remisión temporal de la enfermedad.
Una evaluación cuidadosa de un paciente es un parámetro que minimiza la posibilidad de pasar por alto el diagnóstico y maximiza la posibilidad de tener un éxito terapéutico.
Si el diagnóstico de endometriosis no está bien establecido se debe considerar la realización de una evaluación laparoscópica.
La terapéutica médica sola o combinada con cirugía va encaminado hacia la resolución de dos principales problemas, el dolor y la infertilidad. Un alto porcentaje de pacientes que oscila entre el 50 y el 61%, se encuentra asintomáticas al momento del diagnóstico, por lo que se sugiere que algunas pacientes con endometriosis podrían no necesitar un tratamiento, además de que el embarazo con frecuencia se produce espontáneamente, sin tratamiento alguno.
El tratamiento médico esta diseñado para suprimir la síntesis de estrógenos, inducir la atrofia de tejido endometrial ectópico o interrumpir el ciclo de estimulación y el sangrado, se basa en la alteración hormonal del ciclo menstrual por medio de anticonceptivos orales, generar un estado de pseudomenopausia con la utilización de agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) o causando anovulación crónica por medio de danazol o progestágenos.
En cuanto al manejo quirúrgico de la endometriosis debe seguirse una actitud conseradora. Existe una gran variedad de procedimientos laparoscópicos que pueden ser practicados en las pacientes con endometriosis, teniendo los siguientes: lisis de adherencias, excisión o ablación de implantes peritoneales, resección de los endometriomas, manejo de la endometriosis en el sistema genitourinario o gastrointestinal o restauración del fondo de saco.
Ninguna de las estrategias utilizadas de prevención de la endometriosis ha tenido éxito completo.
El efecto protector del ejercicio aún no ha sido bien investigado a fondo, tampoco son suficientes los datos acerca del uso de anticonceptivos orales.
El objetivo del tratamiento debe ser la eliminación de las lesiones endometriósicas ya presentes y prevención de la recidiva. Lo que es aún más importante, el dolor o la infertilidad asociados exigen tratamiento mediante la eliminación o supresión de las lesiones endometriósicas.
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